Blog #7 - La sangre se derrama en el país de « todas las sangres »: Crisis política y movilizaciones populares en el Perú (2022-2023)
- Gabriel LAUDE
- 9 ene
- 3 Min. de lectura

Lima, 9 de enero de 2025
Querido tío Stéphane,
En diciembre de 2022, me pediste aclaraciones sobre la situación política en Perú tras la destitución del presidente Pedro Castillo por el Congreso el 7 de diciembre de 2022 y las manifestaciones que siguieron. Vista desde Francia, la situación debió parecerte extremadamente caótica, y lo era en muchos aspectos. No encontré la fuerza para escribirte antes porque yo mismo estaba desorientado por la serie de eventos que atravesaron el país.
Me tomó tiempo digerir este intenso episodio que me conmovió íntimamente y lograr poner palabras sobre él. Por primera vez, pude percibir visceralmente las contradicciones y la cruda violencia de mi país materno, donde el valor otorgado a la vida humana varía según criterios tan arbitrarios y discriminatorios como el color de piel, la clase social, el nivel educativo o la identidad cultural. Esta toma de conciencia fue a la vez dolorosa y reveladora.
Con el paso de los meses, llené cuadernos de notas, realicé diversas lecturas y organicé progresivamente mis ideas. Este proceso me permitió superar mi estupefacción inicial y construir el relato que ahora voy a compartirte. Mi objetivo es ofrecerte una perspectiva personal sobre esta secuencia política inédita, que probablemente será considerada por los historiadores futuros como un momento crucial en la historia contemporánea del Perú.
Entre diciembre de 2022 y julio de 2023, Perú atravesó una crisis política sin precedentes, desencadenada por el intento fallido de autogolpe del presidente Pedro Castillo y su destitución inmediata por el Congreso – el órgano unicameral que ejerce el poder legislativo en Perú, equivalente a nuestra Asamblea Nacional. Lo que había comenzado como una reacción de ira espontánea localizada en la región sur andina, donde los manifestantes denunciaban la destitución de Castillo como una negación democrática y exigían nuevas elecciones, se transformó en un movimiento nacional de una magnitud sin precedentes, catalizado por la indignación ante la violenta represión policial que dejó decenas de víctimas. Hasta la fecha, se cuentan al menos 65 muertos, de los cuales 48 manifestantes fueron asesinados directamente durante operaciones de represión.
He elegido la fecha simbólica del 9 de enero para iniciar la entrega de esta serie de artículos, conmemorando así la « masacre de Juliaca » de 2023. En esta tragedia, la más mortífera de las protestas antigubernamentales de 2022-2023, perdieron la vida 18 personas en un solo día, víctimas de la represión desproporcionada de las fuerzas del orden durante una manifestación en Juliaca, en el departamento surandino de Puno.
Para facilitar tu comprensión de los eventos, mi relato estará dividido en tres partes. En primer lugar, te hablaré del evento desencadenante de esta crisis: el intento fallido de autogolpe del presidente Pedro Castillo y su posterior destitución por el Congreso durante la jornada « surrealista » del 7 de diciembre de 2022. Luego te hablaré de las movilizaciones populares que sacudieron la sociedad peruana entre diciembre de 2022 y julio de 2023, principalmente a partir de mi experiencia personal de las manifestaciones en la capital. Finalmente, te contaré más sobre el viaje interior que ha sido el mío durante esta crisis, intentando analizarla a la luz de la historia contemporánea del Perú y de una obra emblemática de la literatura peruana del siglo XX, Todas las sangres de José María Arguedas.
Inspirándome en el enfoque de Marc Bloch en su obra clásica L’étrange défaite (La extraña derrota) he querido adoptar un enfoque de historia inmediata que combine testimonio personal y análisis histórico para aportar una modesta contribución a la comprensión de estos acontecimientos complejos. Como él ante la debacle francesa de 1940, intento comprender sobre la marcha los acontecimientos de los que soy testigo o, dicho de otro modo, la historia que se hace ante mis ojos, manteniendo el rigor analítico del historiador. En este espíritu, también me inspiro en el legado intelectual de mi abuelo Manuel Arce Zagaceta - alias « Papi Manuel » para sus nietos -, político peruano de la segunda mitad del siglo XX y fino analista de la realidad peruana que buscó, durante toda su vida, comprender para poder influir en ella.
Comentarios